A pesar que en Tailandia frecuentemente suceden catástrofes de proporciones, como terremotos, tsunamis, golpes militares, incendios, etc., la industria turística crece y se acrecienta después de pasada la tormenta, impulsando no sé si el espíritu morboso de la gente, o la simple curiosidad por ir a ver como quedo todo después de…

En Bangkok, es común ver, que después de las catástrofes, no hay casi ningún indicio de lo sucedido, tanto así, que el sitio de enganche turístico, Khao San Road, continúa su show a pesar de todo. Los bares y restaurantes continúan funcionando como si nada, ofreciendo al turista una cierta tranquilidad ya que la predisposición de un visitante que un sitio que a sido azotado por una crisis, es de temor y inseguridad, que en estas circunstancias, se disipan muy rápido debido a la fortaleza de la gente, que continua viviendo como si nada.

Alojar en Tailandia es barato, aun que hay alternativas caras, como en todas partes, solo que aquí se da la particularidad que el viajero llega, y elige el lugar más conveniente para hospedarse unos días. Las alternativas existen, y son accesibles, no como sucede en Bahamas o otras islas, donde la exclusividad es tanta, que hasta el aire que se respira debe estar adornado con billetes para lucir bien.

Algunas de las actividades más interesantes que se encuentran, son caminar por la selva, la orilla de la playa, y visitar los numerosos y típicos templos, que se ven separados por apenas una calle en ciertas zonas.

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