La historia del Río Chao Phraya, como la de todos los ríos urbanos de Tailandia, se entrelaza con la ciudad que atraviesa. Este sitio, actualmente conocido como Thonburi, fue elegido por los primeros colonos, debido a su fertilidad y abundancia de peces.
Fué desde la época del Rey Rama I que se comenzaron a construir los templos más seductores del mundo y esto sumado al afluente del río, se hizo una verdadera leyenda urbana y viva, que comenzó a llamarse la Venecia de Bangkok.
El Chao Phraya, antes bautizado por el Rey Rama I como el Río de los Reyes, es el alma de Bangkok, no sólo por su rica historia, sino porque hasta el día de hoy, el río es de utilidad para transportar a miles de personas cada día. Las barcazas, que son más lentas, también van con cargas río arriba.
El paisaje citadino es una mezcla de grandes edificaciones, y una vida pueblerina muy sencilla. Esto es, porque se mezclan los altos hoteles, iglesias y edificios del siglo XIX, con la presencia de personas que apenas alcanzan a comer un par de calamares secos frente a la orilla del río para continuar su día.
Por las orillas del Chao Phraya se ven cinco líneas de barcos públicos, todos operados por la compañía Chao Phraya Express Boat, desde las primeras horas de la madrugada, hasta que ya anochece.
Durante la hora peak circula solamente la línea de barcos urbanos, que paran en los 34 muelles, mientras las demás líneas de barcos paran tan sólo en 4 muelles seleccionados. Hay otros barcos de turismo que ofrecen una gama más amplia de recorridos por una tarifa plana, aunque si desean un paseo más exótico, también están los botes de cola larga.
La línea de barcos más interesante y recomendable para los viajeros, es la línea naranja, que funciona ininterrumpidamente y para en casi todos los lugares de interés, a cambio de una tarifa muy económica.
Navegando hacia el lado norte se encontrarán con un paisaje que cambio del todo, pasando desde grandes edificios y hoteles a pequeñas chozas y almacenes, puentes y mercados. A bordo de algunos barcos y cruceros, pueden darse el gusto de comer algo tailandés, mientras observan y respiran este pintoresco paisaje.