Esta hermosa isla ubicada en la costa sur de Tailandia ha sido el hogar de una antigua raza gitana que mantiene sus propias costumbres y creencias.

koh.jpg

Después de los gitanos llegaron a la isla los pescadores y agricultores tailandeses, integrándose a la perfección con el resto de los habitantes. En la isla se han ido develando sus virtudes y rincones, siendo el último y más reciente el que está siendo liderado por Conde Nast Traveller, la revista Elle de decoración y otras publicaciones afamadas que la describen como una “joya virgen”, y el último lugar conocido de Tailandia.

koh2.jpg

Koh Lanta, es mucho más que una isla, es una playa que muestra fantásticos atardeceres y un verde paisaje selvático. Esta es una isla donde la gente que llega a visitarla, vuelve una y otra vez. Este es un lugar donde la temperatura siempre bordea los 30°C, es un lugar donde el tiempo se olvida pronto y donde se puede pasar horas y días observando sin cansancio las payasadas de los cangrejos ermitaños.

Muchas de las instalaciones turísticas de la isla están construidas con materiales 100% naturales, algunas tienen piscinas y desde hace algunos años recientes gozan de electricidad y comunicaciones telefónicas.

koh3.jpg

Casi toda la extensión de la playa está dividida en pequeños trozos de tierra, que se han convertido en pequeños centros turísticos con bungalows que albergan a los visitantes. Hay muy pocos lugares que podrían sostener un hotel moderno, por lo que la mayor parte de la isla está a salvo de ese tipo de modernidad que además dañaría su paisaje natural y virgen si se incorporaran edificios por todas partes.

La gente de la isla, a pesar de tener una baja escolaridad y ser muy humilde es muy buena también, solo comparable con la gente de campo, que se preocupa de atender bien a los turistas y mochileros que llegan en busca de abrigo, ofreciéndoles cama y comida.

Foto: flickr

Esta entrada fue publicada en Sin categoría. Guarda el permalink.